Más allá de los fogones, la chef Mónica Lazcano teje una historia de resiliencia y autodescubrimiento, donde los sabores de su Puebla natal se entrelazan con la profundidad mística del mezcal. Su viaje es un testimonio de cómo la pasión culinaria puede transformarse en un camino de sanación personal, mientras cada trago de esta bebida ancestral se convierte en un espejo de su propia evolución espiritual.
La travesía culinaria de Mónica Lazcano no se inició en las aulas de una escuela de gastronomía, sino en el corazón de su tradicional hogar poblano. Con «masa en sus manos desde los 3 años», absorbió la esencia de la cocina mexicana de su abuela, aprendiendo el arte de cocinar con ingredientes frescos y vibrantes, y las historias que cada uno guardaba. A pesar de sus tempranas aspiraciones artísticas como pianista y bailarina de ballet, las cuales su padre desaprobó, su innata conexión con la comida siempre prevaleció. Su primer sueño, «casarse para alimentar a mi familia», se hizo realidad temprano, seguido por el segundo: tener su propio restaurante. Así nació «Monas» en Huauchinango, Puebla, un restaurante de cocina mexicana que no solo mostró su talento, sino que también la impulsó a ocupar cargos como presidenta del Consejo Municipal de Turismo y representante de Canirac, permitiéndole llevar el renombrado festival Chile en Nogada a su tierra natal.

La crisis económica de 2010 forzó el cierre de Monas, marcando un momento crucial de introspección para Mónica. Este periodo de reevaluación personal y profesional la llevó a su divorcio y a mudarse a Puebla capital, donde redescubrió su sueño de infancia de ser comunicadora. Se aventuró en la radio y la televisión, conduciendo un segmento gastronómico que evolucionó a un programa de revista completo, «Manos Poblanas», dedicado a mostrar los tesoros culinarios, históricos y turísticos de Puebla. Su misión: dar voz a los que no la tenían, artesanos y productores sin una plataforma.
El Poder Transformador de Cancún y la Llamada del Mezcal
Una invitación fortuita a una exposición en Cancún para mostrar la cocina con pulque se convirtió en un punto de inflexión. Fue allí, en 2015, donde Mónica conoció el mundo de la mixología y, más significativamente, al Maestro Ricardo Cisneros. Reconociendo su talento innato para maridar alimentos con bebidas, Cisneros la invitó a colaborar en un diplomado de bebidas espirituosas en la Universidad del Caribe. Esto marcó su entrada formal al universo de los destilados, un ámbito no del todo desconocido por la afición de su padre al tequila, pero donde su paladar estaba «virgen», ávido de explorar.

Sus sesiones de cata en ayunas con el Maestro Cisneros fueron reveladoras. Aprendió a discernir las complejas notas y aromas del mezcal, forjando una conexión profunda con el espíritu. Este periodo de cinco años en Cancún se convirtió en un viaje espiritual de sanación y autodescubrimiento. Liberada de las ataduras de relaciones pasadas y de las creencias limitantes de su padre, Mónica abrazó su ser auténtico. Practicó el desapego y la impermanencia, sanando viejas heridas y reconectando con su «niña interior». Esta libertad recién encontrada impulsó su creatividad, llevándola a no solo defender el pulque y los insectos comestibles, sino también a iniciar su relación con el mezcal, inicialmente vendiendo una marca.
El momento crucial de sanación llegó con el inesperado fallecimiento de su padre mientras ella estaba en Chihuahua. El profundo dolor se acompañó de una experiencia simbólica en un avión, donde sintió la presencia de su padre y brindó con tequila, buscando heredar su habilidad para los negocios, su sabiduría y su asertividad. Este momento catártico, marcado por una burbuja giratoria en su vaso, solidificó su creencia en su guía duradera. Su muerte, irónicamente, se convirtió en un catalizador para que Mónica estableciera límites y se liberara de patrones de ser infravalorada en su vida profesional.
El Nacimiento de «La Señorona» y el Arte de los Maridajes Redondos
La fascinación de Mónica por el mezcal se intensificó, culminando en el sueño de crear su propia marca. Este sueño, como muchos otros en su vida, se materializó gracias a una mezcla de serendipia y pura voluntad. A pesar de los desafíos económicos, su viaje a Oaxaca la conectó con Karina, quien se convertiría en su maestra mezcalera. Esta experiencia inmersiva, explorando palenques y comprendiendo el proceso tradicional, profundizó su amor por el espíritu.
El nombre de su marca de mezcal, «La Señorona«, inicialmente encontró la propia duda de Mónica, reflejando sus arraigadas luchas con el auto-reconocimiento y las expectativas sociales. Sin embargo, la insistencia de Karina de que el nombre encarnaba perfectamente la personalidad fuerte, elegante y realizada de Mónica, finalmente llevó a su aceptación. «La Señorona» se lanzó con cinco etiquetas distintivas: Espadín, Espadín con Gusano, Tobalá, Cuarenteño y «Mi Cielo», un mezcal especial infusionado con una mezcla ayurvédica.
El mezcal «Cuarenteño«, elaborado con Agave Karwinskii o Cirial de entre 38 y 40 años, resultó ser una experiencia profundamente emocional. Sus notas complejas y no ahumadas provocaron un viaje introspectivo y crudo, trayendo a la superficie heridas pasadas que necesitaban ser sanadas. Esta intensa liberación emocional llevó finalmente a una comprensión y apreciación más profunda del carácter único del mezcal.

«Mi Cielo» tiene un significado particularmente profundo. Inspirado por los encuentros de Mónica con diversas filosofías de vida durante su tiempo en Cancún, incluyendo el yoga Kundalini y la masonería, el nombre simboliza el concepto de «crear tu cielo en la tierra». Este mezcal, con su distintivo tono azul (logrado con palo azul, conocido por sus propiedades depurativas para los riñones y un guiño a las luchas de su padre), encarna la creencia de Mónica en abrazar la belleza de la vida y encontrar alegría en el presente.
La experiencia de Mónica va más allá de la creación de mezcal; es una maestra de los «maridajes redondos«. Diseña meticulosamente menús donde cada plato cuenta una historia, inspirada en la historia, personajes o ingredientes. Su proceso implica un enfoque «cocina virtual» único, donde mentalmente prepara platos y los marida con bebidas, asegurando un equilibrio armonioso de sabores. Este enfoque intuitivo le permite lograr matrimonios perfectos entre la comida y la bebida, asombrando constantemente a sus comensales y creando experiencias memorables.
Desafíos y Aspiraciones Futuras: El Camino a Seguir
A pesar del éxito y el reconocimiento de «La Señorona», Mónica enfrenta nuevos desafíos. La inesperada desaparición de su socia, quien manejaba los aspectos financieros y administrativos de la marca, la ha dejado sin los recursos inmediatos para seguir invirtiendo y expandiéndose. Esto, sumado a un importante revés financiero por un negocio de tierras, ha obligado a Mónica a confrontar su aversión a las ventas y las complejidades de la gestión empresarial.
Sin embargo, fiel a su espíritu resiliente, Mónica ve estos obstáculos como nuevas lecciones en su camino de aprendizaje y crecimiento continuo. Ha adoptado el rol de vendedora directa de su mezcal y sotol, ofreciendo catas en su dedicada sala de degustación «Sazón y Sentimientos» en Chihuahua. También ha diversificado sus proyectos culinarios con «Tocho Morocho», un popular food truck especializado en kebabs creativos, demostrando aún más su adaptabilidad y espíritu emprendedor.
La visión futura de Mónica es grandiosa e inspiradora. Sueña con vivir en Europa, abrir una galería de arte que muestre la artesanía mexicana y proporcionar una plataforma directa y digna para los artesanos. Este deseo surge de su observación de la profunda apreciación que los extranjeros tienen por el arte y la cultura mexicana, un valor que ella cree que los propios mexicanos a veces pasan por alto. En última instancia, Mónica busca continuar su viaje de autorrealización, compartiendo sus dones y fomentando una apreciación más profunda por la rica herencia de México, un exquisito plato y un transformador sorbo de mezcal a la vez.


									
Me regresé en el tiempo, me llevaste de viaje en cada línea, la emoción y los sentimientos están a flor de piel y al igual que mi “Cuarenteño” me llevaste al éxtasis total de mi SER…estoy en un llanto profundo y momentos nuevamente de introspección profunda…Hoy reconociéndome en la maravillosa historia de una niña poblana que finalmente elige VIVIR con todo lo que ella ES❤️‼️
Me siento en gratitud contigo mi querido Martín🙏🙏🙏‼️
Mis emociones van más allá de las palabras☀️🌙✨💫❤️🙏🙏🙏‼️